Por Roberto Chiliguay

Coraje: Valor, decisión y apasionamiento con que se acomete una acción, especialmente con que se acomete al enemigo o se afronta un peligro o una dificultad.
Esa definición resume y explica la campaña de Villa Primavera en los play offs del Anual.
Para el Gallo todo fue cuesta arriba y siempre le puso el pecho a la adversidad.
Por ser el último clasificado de la fase regular debía jugar en todos los play offs contra el mejor clasificado y definiendo la serie de visitante. Nunca se notó la desventaja. Jugó siempre con la misma entereza en cualquier cancha y ante cualquier rival.
En el primer play offs enfrentó a Gimnasia y sus chicos con rodaje en Federal A. En el partido de ida el Gallo jugó todo el 2do Tiempo con uno menos y Gimnasia no lo pudo quebrar.
En la revancha – jugada en el mismisimo Gigante del Norte – el Albo se puso 1 a 0 arriba en el inicio del partido y Primavera lo dio vuelta con guapeza y se metió en cuartos de final.
Juventud, el gran favorito que juega con la base del equipo del Regional, fue el segundo rival.
David una vez más contra el gigante Goleat.
En la ida al Gallo no le importó ni la historia ni la camiseta. Jugó un partidazo, perdía dos veces (2- 1 y 3-2) y las dos veces lo empató. Fue el primer aviso. Casi un preludio.
En la revancha el Santo ganaba con comodidad 2 a 0 en media hora de partido pero cometió el grosero error de dejarlo vivo y Primavera- resurgiendo de sus propias cenizas – se lo dio vuelta y contra todos los pronósticos dio el gran batacazo al dejar en el camino al gran candidato.
En semifinales lo esperaba el insaciable San Antonio que venía arrasando con cada torneo que se le cruzaba en el camino.
En la ida ganó Primavera 1 a 0.
En la revancha San Antonio se puso 3 a 0 ya en el primer tiempo.
Pero contra el Gallo nunca un partido está terminado ni resuelto. Otra vez afloró el amor propio. Once leones metieron contra su arco al campeón de todo y consiguieron lo que parecía imposible, empataron la serie en el último suspiro forzando la definición a los penales.
Y en la lotería de los penales la suerte le fue esquiva.
Murió de pie, lucieron con orgullo y dignidad la camiseta del Gallo y se despidieron del torneo con la frente en alto dejando por sentado que una derrota no siempre es sinónimo de fracaso.